Arruinaré tu monotonía [0/2]

Busco a… ¿Debbie Harry? ¿En serio? Pues si, busco a una persona que quiera a una marchosa de setenta años que llamaremos Priscilla —pero puedes cambiarle el nombre si te apetece— una diva de buena familia y mejor apellido, alguien con dinero y recursos, que supo colocarse inmejorablemente bien en esta vida.

¿Quién es para Magnolia? Uff, nada bueno en sus tiempos de jovencitas. Fue odio al primer vistazo, eran tan iguales y a la vez tan diferentes, que aquello no podía salir bien de ninguna forma. Las «Archienemigas» las llamaron en el Instituto. Se hacían la vida imposible la una a la otra, discutían, se peleaban y luego cada una se iba por su lado. Vivían como auténticas reinas del drama sus numeritos de opereta en los cuales se llegaban a tirar de los pelos y apuntarse la una a la otra con la varita.

Intereses comunes, amigas comunes, conocidos compartidos, inclusive ese muchacho en último curso que no llegó a mucho con ninguna de las dos. Buenos tiempos aquellos. Luego, cada una se fue por su lado, pero de alguna forma siempre han estado destinadas a encontrarse y a repetir su historia hasta la saciedad. Hasta que la edad las hizo madurar y hacer las paces, a su forma, de manera que han pasado de odiarse a tolerarse, de tolerarse a perdonarse —pero sólo algunas cosas ¿eh?— y… ¿ahora qué? Ahora incluso son capaces de quedar a tomar café, que son muchos años conociéndose, claro que a lo mejor acaban por tirarse encima la bebida la una a la otra. ¿Amigas? ¡Ja!